martes, 28 de julio de 2009

Buscando

El Señor Cabeza de Rosa lleva una larga temporada viéndola buscar algo, no sabe muy bien el qué, ni tan siquiera ella lo sabe. El problema de no saber muy bien qué buscas, es que puedes encontrar cualquier cosa.

Hace unos días la vió buscar lejos, pero su búsqueda era segura: 50 minutos, dos trasbordos y un euro después encontró la sonrisa en forma de palmeras de chocolate y orgasmos que hace tiempo no quiso.

Se sorprendió montándose de nuevo en el coche cuyo asento trasero conocía tan bien, se sorprendió yendo de compras con él, se soprendió aconsejándole sobre la camisa de cuadros, se sorprendió metiéndose con su bocaza otra vez, se sorprendió cenando con él...
Lo que no la sorprendió en absoluto fue encontrarse al final de la noche en el asiento de atrás.

Y es que buscaba sus manos que tan bien conocían su cuerpo, buscaba su mirada deseándola, buscaba sus dientes cerca de su ombligo.
Lo que ella desconcía es que realmente estaba buscando la estabilidad de sus mordiscos.
Y obviamente, al Señor Cabeza de Rosa, eso no le sorprendió en absoluto.



- ¿De verdad me tengo que creer que no conocías estos baños?
- Acabas de cumplir una de mis fantasías. - le aseguró él.

Y el Señor Cabeza de Rosa estaba seguro de que en ese momento ella miró hacia otro lado, para que él no viera la sonrisa que acababa de dibujar en su cara.

domingo, 12 de julio de 2009

La mierda

El Señor Cabeza de Rosa la vió fruncir el ceño, la escuchó maldecirle una vez más y movió un poco sus pétalos para entrever la conversación.
-"¿Una pregunta? Buah, conociéndole seguro que es si soy de Fanta Naranja o Limón. Siempre es así de sencillo, no sé por qué me molesto en pensar algo más."
- Ya... - Pensaba el Señor Cabeza de Rosa-.
- ¡¿ Una pregunta?! ¿¡Y por qué narices no la puede hacer ahora?! Olvidate, es eso, es la Fanta.
- Menuda noche me espera -susurró el Señor Cabeza de Rosa a sus espinas-.

Y tenía razón, como siempre: esa noche no durmió. Y al día siguiente les esperó, a él y a la fanta o la mierda de pregunta que fuera. Y ninguno de los dos llegaron. "No me estraña, ya le conozco". Pero sí, si que se extrañaba, y se cabreaba y se ponía furiosa, más con ella misma que con él. Él... al fin y al cabo, era así. Y ya le conocía.


Pero de repente llegó. No él, él parece que nunca llega, pero sí la dichosa pregunta. Y nada tenía que ver con la fanta.

- "¿Qué soy yo para ti?" ¿Que qué eres para mí? ¿¡ Qué eres para mí?! Y yo qué cojones sé que eres para mí!!! Ya me gustaría saberlo!!! Un capullo, la mierda, un estúpido!!! El capullo que me metió en lios a la primera semana! Eso eres!!! ¡ESO!
- Sabes que no es eso.... - se atrevió a comentar Cabeza de Rosa Seca.
- ¿Y tú qué cojones sabes? No eres más que unos pétalos secos en un cuerpo suspendido, tus espinas ni siquiera arañan.
- No claro.. nunca araño... - ¿para qué discutir?


Pero lo sabe, el Señor Cabeza de Rosa lo sabe todo.
Sabe que él no es la mierda, puede que sea un estúpido, pero no es la mierda.
Y también sabe, que aún jodiéndole esa pregunta, más le habría molestado alguna sobre la Fanta; y sabe, que aún temblando con esta, peor lo habría pasado con algun del tipo "¿Qué quieres ser para mi?"