miércoles, 23 de marzo de 2011

Niveles

A veces, sin saber por qué,
Horror Vacui.

Y es que va de eso la cosa.
Y no sé en cuál.

sábado, 12 de marzo de 2011

365.

- Morros naturales.
- ¿Sí?
- No vayas hoy a trabajar.
- ¿Por qué?
- Porque te gusta reír.

Me gushta, claro que me gushta. Desde ese día creo que más que nunca.
Me gusta reír y me gusta como ríe, y cómo él consigue que lo haga, me gusta como pone esa sonrisa, me gustó el día que empezó a cambiarle, me gustaba la que tenía en un principio y amo la que tiene ahora. Me gustó la noche en que noté cómo le cambió, a pesar de que no terminara bien del todo. Me gusta cómo se ha quedado esa desde hace meses marcada en su cara. Me gusta como queda en la mía.
Me gusta como acaricia, como toca despacio, suavemente cada parte de mi cara, - Por si no te vuelvo a ver, para cerrar los ojos y reconocerte, saber que estás ahí incluso en la oscuridad. Me gusta como crece ese escalofrío. Me gusta el otro escalofrío. Me gustan los dos. Me gusta este día. Me gusta que lo recuerde por lo que lo hace, y me gusta recordarlo por esta frase. Por esa petición.
Me gusta pedirle besos en la mejilla izquierda, me gusta cómo lo hace y lo que consigue con ello. Me gusta también lo que consigue con su mano en el cuello, me gustan mis dedos en su nuca, me gusta su nuca con mis dedos enredados en su pelo. Me gusta perderlos durante horas en un coche, ya sea camino Zaragoza, Benidorm, Valencia o Cuenca.
Me gusta que sea ese nuestro próximo destino. Me gusta que sea diferente. Me gusta que sea raro. Me gusta no saber si me refiero a Cuenca o a él.
Me gusta dormir pensando en él y levantarme unas horas después con lo mismo en la cabeza. Me gusta pensar que pueda pedirme un beso de buenas noches. Me gusta hasta cuando no dice nada, en el fondo me gustan los silencios (aveces), porque son suyos.
Me gusta que suene el móvil y ver su foto. Me gusta quien hizo esa foto. Me gusta ser la etiqueta en su cabeza. Me gusta ese día. Y el anterior. Y el siguiente. Y verle con gafas fluorescentes. Y con el pelo mojado hacia atrás. Y me gusta verle dormir y ganarle apuestas. Me gusta su terquedad cuando me asegura algo y sé que no acierta.
Me gusta no entender lo que publica, y me gusta preguntarle. Me gusta también o hacerlo y no darle más vueltas.
Me gusta darle vueltas a todo. Me gusta que me haga pensar. Me gusta incluso que me haga volverme loca y que recurra a los albanokosovares.
Me gusta que lleve una espada en el maletero, y la manta. Me gusta la manta y la espada en la carretera. Y en mi facultad. Me gusta que haya hecho que pise mi facultad a deshoras.

La resaca no me va a gustar. Lo sé.
Pero la borrachera es genial.

Cómo él.

sábado, 5 de marzo de 2011

Motivos

A veces, sin saber por qué me acuerdo de ti. Hace mucho tiempo que no pasaba pero esta mañana ha tocado.
Estaba limpiando mi cuarto y llegué a la segunda estantería me pregunté por ti, por si habrías encontrado algún motivo ya que justificara todo, o si ya habrías pasado de encontrarlo.

Y he optado por la segunda opción, claro.
¿He acertado?
No, claro.

Ale, ahí tienes un defecto: nunca acierto.