domingo, 27 de diciembre de 2009

Al habla, digno y roto el Capitán.

- Hola. Nada, que sigo aquí. Pensando en tí, ya ves. No, no sé porqué. Ya me gustaría saberlo. Bueno, no sé qué decirte. Que descolgaras no era una opción así que, no he preparado nada. Perdona si te molesto. Perdona por los gritos. Perdona por los quebraderos de cabeza. Aunque sé que tú no has tenido muchos, no eres de esos. ¿Sabes? cada vez que veo pasar ese bus por Ciu miro por si estás dentro. Y ya ves, daría lo mismo porque yo jamás me he subido ni lo haré. Ah, y me he comprado una camara. Bueno, a medias con mi hermana, no es nada del otro mundo, pero mira, ya tengo para llevarme a conciertos y que se vea algo. No, no es una lomo, no soy tan guay. Y sigo pensando en ti. Eso ya lo he dicho, pero es que es eso.. no sé qué decirte, y no quiero decirte alguna tontería. Ya bastante he hecho con llamarte. La típica tontería que se hace cuando estas borracha, solo que... no lo estoy. Por eso borré tu número, para no hacer ni decir tonterias como que te echo de menos, que me calaste de alguna manera, que mi amiga le mintió a tu amigo cuando le dijo que yo dormía perfectamente por las noches. No es así. Le mintió. Como yo cuando dije nunca más. Se supone que iba en serio pero me encuentro con que mentí también ahí. Y si no mira, aquí estoy llamándote. Otra vez. Pero esta es la última. De verdad. La última. Ya te he dicho bastante. Ah si! Otra cosa: voy a volver a verlos, no en Salamanca, sino en Murcia. Y ya no espero que salga el sol para hablarte, es invierno y los días son cortos y frios. Jodidamente frios. Ya no son soleado. Y ese día me compré un libro, es lo positivo que saco. Era muy bueno, pero la verdad.. preferiría no haberlo comprado. O haberlo hecho en otro momento. La ladrona de libros se llama. Y sigo teniendo tu libro. Lo llevé en el bolso durante algunas semanas, por si te veía. De hecho, ese día lo llevaba y te lo iba a dar cuándo nos fuéramos. Mierda. Ya te he dicho lo que es. ¿Ves? Otra tonteria, otra cagada. Pero bueno, ya supongo que da igual. Ya sabía que no tenía que haber llamado. No sé por qué lo he hecho, solo estaba pensando en ti. Otra vez. Pero bueno, en cuanto cuelgue voy a dejar de hacerlo. No voy a volver a guardar tu número en la agenda, y tú no devolverás la llamada, asique ya esta. Una vez más. Y quiero volver a verte, y que me pongas caras, y que me devuelvas la cena de 30€ en el mexicano, y que te metas con mis pecas y que encuentres botellas. Y que encuentres la bola esa negra, el 8 del billar, esa a la que le haces preguntas y te responde. Algo me decía que la ibas a encontrar. Joder. Cállame. Cuelga.



- Hola... ¿Me has llamado?
- Eh... sí, bueno, solo quería decirte Hola y nada.. Feliz Navidad.
- ¡Hola! ¡Feliz Navidad!
- Un beso. Ciao.


JODER

ya ves, no lo he podido aceptar, que aún te eche de menos y que este menos vaya aún a más.

Diciembre es el mes con más domingos del año 7.

7º Domingo en un mes.
No es normal.

Y llega la tarde.
Tarde de domingo en Madrid.

Muriendo de frío.

sábado, 26 de diciembre de 2009

viernes, 25 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 6.

Domingo sin ser domingo.
Otro.
El 6º del mes.

Duerme
Duerme
Duerme
Duerme
Duerme



¡Qué cojones!
¡Dame una de sábado!

jueves, 24 de diciembre de 2009

Lo que yo quiero

No lo puedo evitar.
Ni tan siquiera lo intento ya.

Hace tiempo que desistí a cantar cierto verso de Joaquín el Gran Sabina como renuncié a parte del Padre Nuestro.
Vale, puede que a esa oración haya renunciado casi por completo, pero desde siempre tuve que omitir una frase que no. Que no era mía. Por mucho que me esforzara había parte que no podía cumplir. Y lo intenté. Siempre lo intento, por lo menos eso que no quede.Pero nada, tuve que renunciar a ella y disimular escondiéndome entre la gente; entre los "fieles" a nadie, los "fieles" a sí mismos; tuve que mover los labios como hacían todos y esperar que esa frase terminara para poder continuar con lo que sí comulgaba.

Y desde hace algún tiempo me ocurre lo mismo Contigo.
Porque "Sí quiero domingos por la tarde".


- No entiendo nada...¿No se supone que odiaba los domingos?
- Exacto Cachalote, - intenta explicar Cabeza de Rosa- Los detesta, por eso los quiere.

martes, 22 de diciembre de 2009

Que no falte

Dios, necesito música en directo o sexo.
Me da igual, o lo uno o lo otro.
Pero que sea bueno.
Tanto uno como otro.

Esa sensación, esa vibración que empieza en los pies y asciende por todo el cuerpo, sentir el corazón latiendo al ritmo, más despacio, más rápido... Al ritmo, más fuerte, más débil... Al ritmo.
El cosquilleo en la boca del estómago, el escalofrío en la nuca al retirarte el pelo, la gota de sudor bajando por tu cuello, esa que recoge otra piel fundiéndose con la tuya.
Esas ganas de gritar, ya sea rodeada por cientos de personas o acompañada de una sola. Ese grito que se ahoga en la almohada o en el hombro de otra persona. Ese grito que no sale de la garganta quemada por los demás.
Ese cigarro, esa cerveza.

Esa sensación.




- Caray, si que te ha dado fuerte ¿no?, no hace tanto tiempo de la última vez. -Echa cuentas Cabeza de Rosa - Ni de lo uno, ni de lo otro como dices tú.
- Tú no puedes entenderlo, no bajas de esa pared, siempre suspendido en el aire, no sientes, no ves nada.
- Veo todo a través de tus ojos. Ví como descubriste una nueva canción que apenas el cantante conocía, ví como descubriste que ese tema era tan bueno para follar como todos los del disco, vi como sotenías un cigarro con la izquierda, una heineken con la derecha y vi como mascabas siguiendo el ritmo tu chicle. De los azules, claro. Vi como disfrutabas de ese momento con un desconocido a tu lado. Vi como grababas esa sensación en ti y vi como quisiste hacerla eterna.
- No quiero pereder esa Sensación. - Reconoce ella.
- Por cierto... también vi los arañazos en tu cintura.

lunes, 21 de diciembre de 2009

(no) Estoy Harta

Estoy harta, de las montañas que no son rusas, que crecen de la nada, que aumentan su tamaño con el tiempo en lugar de desaparecer con él, de que vengan a mi cada mañana, cada tarde y sobretodo, cada noche. De que vengan ellas sin que las llame y de que él no aparezca, o de que lo haga solo en mi cabeza y al doblar cada esquina.
Harta de haberle asociado a demasiadas cosas y lugares en tan poco tiempo y ahora no poder disfrutarlas por miedo a encontrar. Por encontrarle, porque aunque no esté, está. Aparece de la nada, como las montañas, y tengo que echar a correr, porque si Mahoma no quiere, yo tampoco. Y miento. Y me muero de ganas. Y me muero de miedo.
Harta de eso, de echar a correr, de andar con mil ojos por si está, por si no está.
Cansada de no tener que esperar nada, por que no, no hay nada que esperar.
O sí.
Estoy harta de esperar que desaparezca del todo, porque no puedo hartarme de esperar que aparezca definitivamente. Por que no Cachalote, porque eso no lo va a hacer.
No va a aparecer. No puedo hartarme de esperar eso. No puedo.


Puedo cansarme de leerle e intentar leerme en sus palabras y ver que no estoy, de comprender que al menos uno de los dos tiene los huevos bien puestos , de ser la única que sigue escribiéndo.le. y pensándo.le., de tener agujetas que me pinchan todo el cuerpo.

Y sin embargo de ésto último no me canso Cachalote.


- Y eso te alegra y cabrea a partes iguales. - Burbujea Cachalote en su agua llena de mierda.
- Me aterra.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 5.

Y este...

No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe, No existe.




- Vaya... sí que odia los domingos ¿no? - Se sorprende Cachalote.
- Sí, los detesta, pero éste más que ninguno. - Intenta explicar Cabeza de Rosa - Aun que bueno.. este día lo habría odiado siendo lunes, martes, miércoles o cualquier otro... Pero ha coincidido con domingo.
- ¿ Y qué pasa?
- Nada, solo que hoy no habría salido de la cama de no ser porque tenía que trabajar. Olvídate, no puedes entenderlo. Solo guarda silencio, mira como "duerme" y gasta el día.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 4.

Lo peor de todo es que éste, lo he provocado yo.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Es pequeño y naranja y se llama Cachalote

Y ahí está.
Cabeza de Rosa la vio llegar cargada y resoplando, dejó el bolso y se fue corriendo a la cocina con las bolsas.
A cabo de 5 minutos reapareció con una pecera que se hacía enorme para lo que había en su interior.
Un solo pez.
Sin plantitas, ni piedras, ni el típico buzo de plástico... Nada, un solo pez.




- ¿Qué tienes ahí? - pregunta con el pétalo fruncido Cabeza de Rosa.
- Es pequeño y naranja y se llama Cachalote. - responde colocándolo en el hueco que ayer hizo.
- ¿ Se va a quedar?
- Lo que dure. Tranquilo, no te sustituirá, solo te complementará. - Intenta tranquilizarle.
- Y... ¿ahí? ¿justo ahí? ¿ Al lado de los Dados, la Foto y el Tubérculo?
- Sí, y no sabe nada. - sonríe orgullosa sin mirar siquiera a Cabeza de Rosa - Así que calla esa boca, quizá algún día le hable de sus compañeros de estante.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Haciendo sitio

Anoche de repente, Cabeza de Rosa la vió levantarse de la cama a eso de las 3 y algo de la madruagada. Había terminado su libro y llevaba horas dándo vueltas enredándose en las sábanas. Esas entre las que, se supone, no hay problemas.
Habría un guisante, vete a saber.
No un guisante no. Jamás se consideró princesa.

El caso es que empezó a despejar parte de la segunda esantería, iluminada solo por la luz del movil viejo, ese que por algún motivo extraño funciona bien y alumbra más que el nuevo. Cabeza de Rosa miraba medio dormido cómo metía 6 pintauñas negros, uno rojo y los botes de pintura con los que hace las zapatillas en las cajitas del H&M. "Normal que adore esa tienda". No espera, saca el Rojo y lo deja delante de los dados. Bien a la vista.
Pasó la lata de Converse, donde guarda mil mierdas que son tan importantes para ella como estúpidas para cualquiera, de la tercera balda a la segunda; donde había quedado el hueco de los pintauñas y botes y pinceles y papeles de calcar. Después bajó también la colección de gafas, esas que no costaban más de 10€. "Algún día tendré que gastar algo más de dinero en esto, me voy a dejar los ojos" Bueno, Cabeza de Rosa sabe que ella se gasta el dinero en cosas realmente importantes: calzado, libros, conciertos, café y chicles azules.

Paró.
Se quedó de pie, frente a la 3º balda, mirando los Dados, la Foto, el Tubérculo y el Hueco.
Había Terminado.



- Son casi las 4 de la mañana. - Intenta dormir Cabeza de Rosa- ¿Qué mierdas estás haciendo? ¿por qué miras ese hueco?
- Será pequeño, naranja y se llamará Cachalote. -Sonrie embobada al especio "vacio".


"Lo has visto, no hay nada de lo que tanto odiabas,
lo he cambiado todo de lugar."

domingo, 13 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 3.

Y ya ha pasado.
El tercero.
No ha estado mal, estaba asegurado.
Como siempre, no del modo en que quería, pero asegurado al fin y al cabo.
Lo justo como para no dejarme tiempo a pensar.

No calla, si he pensando. En los mordiscos, en los viernes, los miércoles, los 30 años, el agua, en la cerveza, en los beatles, en el tabaco, en lo que no es tabaco, en la cocina, en zapatillas, en el Ritmo de la Noche, en The Hives, en Mi Pequeña Radio, en Halloween, en The Doors, en Somebody Told me, en el teléfono, en sus preguntas, en Joy Division...

Oh mierda.
Es domingo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Por consiguiente, también tiene Lunes 1.

A decir verdad... este domingo estaba asegurado.
Como muchos de los que están por llegar esta diciembre.
Asegurada la tarde, la mañana... Todo el domingo.

Y no de la forma que quiero.
Pero asegurados al fin y al cabo.

martes, 8 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 2.

Segundo domingo de Diciembre.

Cabeza de Rosa la vio ilusionarse anoche.
Sin embargo, esta mañana ella misma sabía que no.
Que iba a ser un domingo más.

Como el del año pasado.
Pero sin tarta.


Ah no espera.
El año pasado tampoco hubo tarta.


- Pensaba que iba a ser peor. - Se deja caer ella sobre la cama.
- No ha estado mal del todo. - Se sorprende Cabeza de Rosa.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Diciembre es el mes con más domingos del año 1.

Por que es así.
Ya ha llegado el primero.
El primero de muchos putos domingos de diciembre.


- Aquí estamos... - susurra al verla despertar de sus segunda siesta Cabeza de Rosa.
- Sí, otra vez.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Restos de Stock

Tienes que medir si vale la pena, si volverás a confiar en mi. Tienes que avanzar entre la niebla, hasta que se habra el día por fin. Toda la verdad toda la cera, los grifos que dejas a medio cerrar, quédate atrás, déjalo fuera, hasta que se abra el día por fin, hasta que se abra el día. Me preguntaba si todo seguía en pie. Quique Gonzalez.


Y es que vamos dejando grifos abiertos, que sin darnos cuenta nos inundan; cabos sin atar que terminan por liarse o, peor aún, por atarnos a nosotros, a veces solo se enreda un poco, pero en otras ocasiones se enroscan al rededor de tus manos, de tus pies, de tu garganta.
Y no sabes que hacer, por eso, porque te encuentras con el agua hasta el cuello, atado por tus propias cuerdas. Incapaz de cortarlas, pues tienes bloqueadas hasta las manos, el pulso.
Y ya no hay pulso firme.
Ni pasos.

Sólo restos de stock.


- Un cd malísimo, un libro con dedicatoria que ya he leído, un depósito lleno, un mapa, un tatuaje, medio jabón, un tubérculo, unas zapatillas.
- Y es entonces cuando empiezan las ofertas - Comenta Cabeza de Rosa.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Parecía que estaba sola...

Ella caminaba despacio, somo si no quisiera llegar nunca a su destino. Bueno, nunca no. Ella no usa esa palabra. Digamos entonces que quería tan solo restrasar su llegada.

Aminora la marcha a cada paso, se detiene en todos los semáforos, se para en los escaparates apenas iluminados, se detiene ante esa Tv que solo anuncia una cadena de electrodomésticos, lee el cartel de la churrería cuyas líneas conoce de memoria...
Sus pasos cada vez son más cortos, avanza como los niños pequeños suben y bajan las escaleras: apoyando los dos pies en cada escalón.
Así caminaba ella, sin dejar ni una sola baldosa sin pisar, intentando parar cada gota que caía, evitándo que llegaran al suelo para terminaran su trayectoria sobre ella, para que resbalen y caigan y se enreden en sus pestañas y se cuelen por el interior de su camisa y se queden en la comisura de sus labios y empapen su cigarro hasta apagarlo...

Las quiere todas sobre ella. Y la gente la mira apenas unas décimas de segundo mientras corren buscando refugio bajo la parada del bus o el bajotecho del Miniterio.
Las quiere todas sobre ella. Y la gente no pude entenderlo.
Las quiere todas para ella, como aquel Hombre de Negocios que contaba las estrellas y las poseía, ella contaría todas las gotas que la golpearan y las haría suyas, como a esa gota que cayó y consiguió colarse un poco más, esa que saboreó.



- Vienes empapada. Estas llena de gotas. - afirma sin sorpresa Cabeza de Rosa
- No. Esta vez no.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Vivimos en el Ya pero Todavia No.

- ¿Nada?
- Nada.
- Tranquila, espera.
- No hay nada que esperar.
- Ya lo sabes... vivimos en el Ya pero Todavia No...
- Ya lo sabes... me gusta el YA.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Sin ases en la manga

Vale, puede que no se considere expera jugadora, pero Cabeza de Rosa sabe que conoce las reglas del juego a la perfección.
Y sin embargo.. hoy la ha visto hacer una estupidez. Llevaba días viéndola así, sabía que preparaba algo, algún golpe gordo quizás.

Pero no. Esta vez no... La ha visto soltar todas y cada una de las cartas. Se ha quedado desnuda, y esta vez no jugaba al Strip Poker.
55 cartas sobre la mesa, bocarriba, incluidos los Jokers.
Tiembla y es incapaz de hacer ninguna mueca, Doble o Nada se dice.



Y ahora debe esperar. Esperar y ver si alguien es capaz de recoger esas cartas y ponerlas de nuevo en juego.
Esperar, sin picas, treboles, diamantes ni corazones.



- No lo entiendo.. tú siempre guardabas un As bajo la manga. - intenta comprender Cabeza de Rosa.
- Acabo de soltar los 4. - Se desnuda ella.


.

martes, 17 de noviembre de 2009

Te Odio

Esa canción, esa que llega de repente, sin venir a cuento de nada, que aparece donde menos te la esperas y cuando has dejado de buscar...
Esa Canción.
Y notas que tiene algo, desde la primera vez que la escuchas, no necesitas oirla más para darte cuenta pero... Necesitas escucharla una y otra vez.
Esa Canción.
Y cada vez que la escuchas descucbres algo nuevo y ese algo.. te gusta. No sabes lo que tiene, pero Lo Tiene, no sabes lo que es, pero Es.
Esa Canción.
Y sabes que es Diferente, que no es como las que has ecuchado ultimamente: tiene otro ritmo, otra melodía, hasta otro idioma se podría decir. O no.
Esa Canción.
Y te toca algo, te mueve.
Esa Canción.
Y lo intentas compartir, y notas que no. Que para los demás no es lo mismo, que no la interpretan igual, que les suena como todas...
Esa Canción
Y no lo entienden.
Esa Canción.
Y ni siquiera soy capaz de hacérlo entender.
Esa Canción
Y no se va de la cabeza, que no deja sitio para otras notas, que por más que la intentes sacar... no se va.
Esa Canción.

Eres como Esa puta Canción.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Días soleados

- Es diferente. Estoy segura de que es alguien. Me importa, ¿sabes? Y no en su sentido, en el mio.
- ¿Y qué vas a hacer?
- No puedo hacer nada... cada día hay menos horas de sol.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Diferente

Espera. El eutobús. Es azul. Azul era el 44 pero este.. No, no, azul no. Rojo. Sí, simpre ha sido rojo.
Y la gasolinera, joder. No era verde. O sí... No, sería naranja, todas las gasolineras tienen ese color hortera. Como el pelo del gasolinero. El que me da asco. Y a Andrea. No, no el otro no. El otro me pone. Bueno, me ponía cuando tenía el pelo largo. ¿De qué color tenía el pelo? No era verde. Sería roja, como el autobús.
1º, 2º, 3º... No. Espera. Retrocede. 2º... Ese felpudo no hablaba inglés. No. Estoy segura, de hecho, ni hablaba. Ni wellcome ni pollas. Era un felpudo normal. O no...



- Él también era diferente -deja caer Cabeza de Rosa como si de un pétalo seco se tratase.
- Sí. Como todo ultimamente.

lunes, 9 de noviembre de 2009

De Loopings, montañas y nubes.

Ella cree que para divertirse en el parque de atracciones tienes que... subirte, precisamente, a las atracciones.
Vale, en el caserón sabe que tiene que pagar aparte (putada), que va a estar la Niña del exorcista, Fredy, Jasson... pero bueno, entra y al final, por una cosa u otra.. grita.
Los coches de choque.. pues sí, tiene esa música de Kamela o Fondo Flamenco que detesta y en otras circunstancias siempre usa para ir al baño o acercarse a la barra a pedir la copa... y sí, puede que salga con un esguince cervical, pero.. se ríe muchísimo persiguiendo y jodiendo a niñatos.
La Mina... esos muñecos si que dan miedo, joder ¿qué mente perturbada los creó? Es igual, siempre entra, es el momento de después de comer, de reposar la comida y echarse unas risas.
La Noria... en fin, lo mismo de siempre, pero por eso: es un clásico, no puede faltar. Sabe que siempre vomita después, pero da igual: las vistas cuando estás arriba son insuperables.
Y los siete picos... ay. los siete picos.
Cualquier montaña rusa...


Que le da lo mismo, puede que salga mareada de ellas, con el coxis roto o con un par de dientes menos. Da igual: la adrenalina del momento es superior a las agujetas de después siempre.
Siempre.






- Cundo cumplí 10 años fui con mis padres y mi hermana al parque de atracciones. Había una montaña rusa genial, el Looping creo que se llamaba. Y por fin tenía 10 años: podía subir - vomita de repente-. Esperé la cola emocionadísima al lado de mi hermana y cada vez que la fila avanzaba un poco mi estómago se revolvía aún más ¡Y eso que ni siquiera me había subido! Después de esperar bastante tiempo, estaba en la puerta, podían subirse 10 personas: era mi turno.
- y qué, ¿Fue genial no? - pregunta Cabeza de Rosa recogiendo el repentino vómito de palabras.
- No lo sé.
- ¿cómo que no lo sabes? ¿No te acuerdas?
- No subí. En el último segundo, cuando me estaban abrochando el cinturón de seguridad le dije al chaval de la atracción que me bajaba. Me acojoné y me fui. Salí del cacharro, de la cola, me quedé al otro lado: en frente una fila inmensa de gente que se moría por probarlo, sobre mi cabeza mi hermana gritando de la emoción y yo.. como una puta espectadora.
- Bueno, el Parque de Atracciones sigue abierto!
- Lo sé. Al día siguiente me sentí fatal y supliqué a mis padres que volviéramos, que me tenía que subir al Looping. Joder, era una montaña rusa con dos loopings, te ponía bocabajo 2 veces, era la novedad en España y yo por fin podía subir, había estado esperando años!
- ¿Y te volvieron a llevar?
- Sí. Volvimos.
- Perfecto entonces!
- No. Ya no estaba.

jueves, 5 de noviembre de 2009

4 cartas sobre la mesa

Empieza a cansarse de jugar, de que cada partida sea la misma historia, de los compañeros y contrincantes, de sus cartas, de sus faroles.

Le encanta el poker, no lo puede negar, pero empieza a notar el hastío... siempre es igual: una ojeada rápida, escoge pareja, baraja las cartas, reparte, forma parejas, tríos, escaleras, apuesta, miente, di la verdad, guiña el ojo, saca la lengua, tócate la oreja, muérdete el labio, levanta, retírate, pierde o gana, y Fin, comenta la jugada.

Suena genial, claro que sí, pero cuando tienes que comentar la jugada y descubres que tu compañero no entiende de nada más, la victoria no sienta tan bien.
Jugar al Poker, no le pidas más.
Pero ¿qué haces cuando te apetece jugar al parchis?


De reojo empieza a mirar otros juegos y pierde el hilo de la partida...

- Abandono la mesa.

YoConfieso

Y soltar casi con un grito lo que llevas callada tanto tiempo.
Lo que nadie sabe.
Lo que ocultas en la oscuridad.

Y quién sabe, quizá ahora no necesite apagar la luz.

martes, 3 de noviembre de 2009

2 de 3

Hoy ha visto las luces, han llegado los servilleteros y ha envuelto 5 gatos.
5 gatos.
5 putos gatos le han hecho darse cuenta de que se le ha acabado el tiempo. O está a punto.

Ha tenido ya 10 meses con sus respectivas semanas, días, horas...para reaccionar y moverse y, no. En lugar de 10 meses le han hecho falta 10 ojos inertes de plástico azul para hacerle ver todo lo que ha hecho. Bueno, más bien.. lo que NO ha hecho.

2 de 3. Cualquiera diría que no está mal, que es un buen resultado, que.. yo qué sé, ¡menos da una piedra! Pero no, Cabeza de Rosa la ha visto llegar maldiciendo la Navidad y las costumbres y su cabeza y sus promesas y sus manos y sus labios.
2 de 3 no llega a pleno.
No llega. Se acerca pero no llega.
2 de 3 no vale.

Parecía que iba por buen camino: con el 1º se quedó algo acomplejada y creía no ser ella; el 2º le costó más, pero parece que al fin lo consiguió. Pero el 3º... cada día que pasa lo ve más lejos y no sabe qué puede hacer.

Apenas le quedan unas pocas semanas para conseguir el pleno, para decidir qué es más fuerte el Miedo a Equivocarse o el Miedo al Fracaso.



- Eres tan jodidamente TÚ que ni siquiera me pedirás ayuda a mí -le reprocha Cabeza de Rosa-.
- No la necesito -asegura con la mirada brillante-. Sólo tengo que celebrar mi (no) cumpleaños y que alguien me regale unas Converse Negras.
- ¿Sólo?
- Está tirado -intenta convencerle(se) -.

miércoles, 28 de octubre de 2009

.12caras. (En Construcción)

Ya está.
Se acaba de dar cuenta de que es así, no es solo el título, es así: 12 caras en Construcción.

En construcción.








Y como ese dado de doce caras...
tú solo puedes ver seis.





Personalidad Múltiple

Uno quería hacer las cosas siempre bien,
el otro en cambio quería romperlo todo
El tres pensaba que nada importaba
y el cuarto siempre quería dormir

El quinto siempre ponía que corriera
a dónde fuera, lejos, lejos

Y el sexto sólo pensaba en follar
y al siete sólo le importaban las canciones,
al ocho sólo lo que pudieran decir,
al nueve cómo sonarían si las tocara otro

Y el diez se preguntaba si te iban a gustar
después de una semana sin hablar de él

Once nunca se inclinaba
y el doce siempre tenía una opinión,
el trece se encargaba de la buena suerte
y el catorce nunca quería mirar atrás

Los diez siguientes pensaban en diez cosas diferentes
llegando hasta los veinte sin saber que podía decir,
simplemente que aún no sé contar,
simplemente que aún no sé contar

Los treinta siguientes se pillaban con los dientes,
se peleaban y jugaban a ser fuertes,
los números pares no encontraban sus lugares,
los impares parecían números naturales

Los decimales sugerían que no éramos normales
y el infinito los convierte en números irracionales
irracionales, irracionales, irracionales

No hablaremos de los números primos
que sólo se dividen por uno o por ellos mismos.

Irracionales ...

lunes, 26 de octubre de 2009

.Aúnno.

El señor Cabeza de Rosa la notaba rara.
Sabía que se creaba sus alteregos (sí, en plurar, eran muchos) dándoles una personalidad tan fuerte que en ocasiones no es que se fusionaran, sino que la absorvían hasta el punto de dejar de ser ella para ser ellos.

En lo que Él creía uno de ellos quiso parar y pidió un motivo, y el Señor Cabeza de Rosa no lo entendía, él nunca pedía nada, no lo necesitaba y si lo necesitaba... lo conseguía.

Un Motivo.
Llevaba tiempo pidiéndo un Motivo, intentando trascender y búscandolo fuera de ella. Tampoco pedía mucho, solo quería que fuera bueno, lo suficientemente bueno como para hacerla parar. O que tuviera chocolate. O que fuera un tubérculo. Era igual, lo importante era el resultado.
Lo importante era parar.


- ¡¿Y para qué un Motivo?! -pregunta Cabeza de Rosa- Si lo quieres.. ¡solo hazlo! O bueno, deja de hacerlo. Para.

Pero no. Sabe que no es tan sencillo para ella, necesita algo que venga de fuera, y que dure lo que tenga que durar hasta que no lo necesite más.
No es lo suficientemente fuerte para dejar de hacerlo.

.Aúnno.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Conversaciones contigo mientras no estabas 2.

A ver, que no pasa nada, creo que todos los que hemos tenido relaciones importantes hemos tenido también un polvo de transición. Sí, yo también lo tuve.
, y.. ahora que lo pienso, lo recordaré siempre. Quizá porque fue penoso -ya sabes 1, 2, 3-, o porque fue ese, el de Transición, pero el caso es que lo recuerdo. Y quizá tú me recuerdes a mí. O no. La verdad es que me da un poco igual, no busco ser inmoral, al menos no contigo. Aunque hay algo que me dice que me he hecho eterna (o quizá en el fondo quiero serlo) en ti... puede que algún pisotón dejara más marca de lo que tú y yo pudimos ver.
Y no sé qué cojones hago planteándome eso, si me da igual.

El caso, no me entretengas, lo que venía a decirte es que si solo fue un Polvo de Transición me lo digas que, ¡Joder, no pasa nada! ... Al final, todo se queda entre las sábanas.




¡Ah! por cierto, me quedo con tu libro.
Tenías razón, es genial.
Gracias

lunes, 5 de octubre de 2009

...o al menos

Dame un motivo para no hacerlo.
Y procura que sea bueno.


... O al menos, que lleve chocolate.

lunes, 28 de septiembre de 2009

...Llegará.

Tenía tantas ganas de que llegara, que en cuanto lo vió pasar lo cogió.
Lo cogió: se subió ilusionada pensando en lo que dejaba atrás, lo que acababa de vivir y lo que le esperaba, lo que les esperaba. No llevó maletas, no había sitio para ellas, ni había tenido tiempo para prepararlas, ¿para qué las iba a querer? Ya le tenía a él, tenía lo que había estado negándose durante casi 10 años.
Y ahora... ahora lo tenía ahí, a su lado.

Espera... ¿A su lado?
Miró y No. No estaba ahí, ni en el asiento de atrás, ni delante.. no estaba.
Recorrió el vagón poco a poco, y luego el tren entero acelerando el paso y con cada uno de ellos, la respiración.
No estaba.


Se había subido tan rápido que no se fijó ni en el andén, ni en la dirección... Sus ganas le pudieron, se subió sola y montó castillos en el aire.



El señor Cabeza de Rosa la vió llegar cabreada: se sentía una estúpida, ella nunca había actuado así. Sí vale, era impulsiva, pero no de esa manera. Pero bueno, sabía que no pasa nada, al menos se dió cuenta antes de llegar al destino equivocado y verse sola.

Y ahora Cabeza de Rosa la tiene ahí, sentada en la cama mirando la maleta vacía, pensando si debe ir metiendo algo o bien guardarla en el armario, dónde había estado durante esa media vida.


- No es el momento -le abrió los ojos él-. Pero podría serlo. Te lo dije incluso cuando estaba con ella... El momento llegará.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Casi media vida

El Señor Cabeza de Rosa no se lo podía creer.

Entró a eso de las 8 menos cuarto de la mañana acompañada de un chico, y el chico.. le sonaba. Ella le dejó ahí, se fue a dar una ducha y el Señor Cabeza de Rosa tuvo algo de tiempo para examinarle, mirarle detenidamente y averiguar de quién se trataba. Tenía que ser alguien importante, de eso estaba seguro: nadie entraba en su habitación. Y de repente, ahí estaba ese desconocido, sentado en la cama mirando la pared, temblando casi podría decir. O quizá era a él a quien le temblaban los pétalos y las espinas.
A los 5 minutos regresó ella: 3 minutos bajo el agua fría para quitarse el olor a tabaco, a fiesta y a alcohol. No consiguió sin embargo librarse de los nervios, y volvió a la habitación vestida con unos jeans negros, una camisa de hombre y la inseguridad pegada a la piel.

Estaba ahí, después de casi 10 años estaba ahí, esperándola, en su habitación, en su cama.
Y no se lo creía, esperaba que al volver de la ducha todo hubiese sido fruto del alcohol: heineken, mojito, vodka, ron, mahou negra, tequila... había bebido mucho... Pero no, no fueron delirios: él estaba ahí, permanecía sentado a los pies de su cama. Y no, no fue el alcohol lo que los llevó hasta ese lugar.
Fueron las ganas, los años acumulados, los impulsos frenados, los besos que se debían, las caricias que no se dieron, las palabras que se dijeron, las que callaron...

- Vamos, túmbate.
- Cómo nos pillen me van a matar, no quiero que tu padre saque la porra.
- Por favor, qué tontería! no tiene porra, placa sí, pero porra no. -Le intentó tranquilizar ella mientras el Señor Cabeza de Rosa la veía temblar-.


Y soltaron las ganas, siguieron impulsos, se pagaron los besos y se cobraron las caricias. Se dijeron algunas palabras y otras muchas, como siempre, se callaron.







- Has cambiado.
- ¿En qué?
- No lo sé, pero no eres el mismo. No eres el chico del Camarón.
- Tampoco tú la del Cameron.

Y es cierto, no eran los mismos, y sin embargo allí estaban: cómo siempre, cómo nunca.


Y Cabeza de Rosa lo comprendió: a la mañana siguiente, ninguno de los dos tendría que arrepentirse.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Conversaciones contigo mientras no estabas 1.

¿Sabes? Bromeas para ti.
Eres como el típico poeta que dedica sus versos a la/el amada/o pero que en realidad los escribe para él, solo que... sin lo de típico claro. No, no eres típico.
Creas chistes, estás siempre dándole vueltas a la cabeza buscando bromas o juegos de palabras ingeniosos con la intención de hacer reír a tu alrededor. O eso es lo que quieres que creamos. Pero no, yo sé que no es así. Lo haces para ti. Quieres reír y no sabes cómo; hace tiempo que dejaste de hacerlo y temes olvidarlo. Temes que el recuerdo de tu risa desaparezca como la suya, y te esfuerzas en escucharla al menos en los demás, siempre en caras ajenas, nunca en boca propia.
Vamos, no me pongas esa cara. A mí me parece genial... si no encuentras a nadie que lo consiga, ¿por qué no hacerlo tú mismo? Sí, ya sabes, eso de "si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo". O algo así, nunca he sido buena con los refranes ni los dichos, ni con las palabras a decir verdad, (quizá por eso paso tanto tiempo callada). Pero tú sí, tú juegas con ellas y las usas a tu antojo, aunque.. me parece que no siempre lo consigues. Pero ey, ánimo, por algo se empieza y tú vas por buen camino.

Y otra vez, deja de mirarme así, quitame esa cara. No, no, tranquilo, no eres tan transparente, es solo que...

... es fácil reconocer a los de tu misa calaña.

sábado, 12 de septiembre de 2009

El centro

Pensaba que iba a ser más dificil. Por supuesto, en ningún momento dice que haya sido fácil, pero tampoco le resultó imposible.
Al principio pensó que era algo temporal y se dedicó a recuperar su vida, a ir recogiendo los pedacitos que habían quedado repartidos, y a buscar los que nunca tuvo, a descubrir esos de los que le habían hablado tanto.
Y sí, había muchos pedazos que juntar, pero era dificil encajarlos, la gente habla mucho, pero nadie explicaba nada. Y así pasaron los días, las semanas, el verano, el invierno, año nuevo... Pensó que había conseguido juntar mucho: tenía todo lo que quería, pero no lo que necesitaba, estaba llena de pedazos que no sabía muy bien como ordenar, ya lo sabía Cabeza de Rosa: asimilación, acomodación y Equilibrio.
Pues bien, había asimilado, había acomodado pero... siempre había sido jodidamente desordenada y eso del equilibrio no lo llevaba muy bien.
Decidió volver, descubrió que le faltaban partes y decidió volver: empezó a buscar las piezas que hacían esquina, las que hacían los bordes entre todas las demás, pero todo era un caos... Necesitaba una referencia y quiso volver.

Pero estaba claro: quería creer que estaba volviendo.

...Volvió entonces al chino, volvió al 127, volvió a marcarle, volvió al s60, volvió al cine, volvió a las fajitas...


Y de tanto volver a pasar por los mismos sitios, reconoció sus pasos, pero no reconoció las esquinas ni los bordes que conformaban su vida: reconoció el centro.






- Creo que lo tengo -afirmó una noche temblando-.
- ¿ Y bien? ¿Habéis vuelto? - preguntó el Señor Cabeza de Rosa.
- No. He vuelto.



Y el Señor Cabeza de Rosa, por primera vez en mucho tiempo, se sitió orgulloso de ella: puede que no hubiera hecho las cosas de la mejor manera posible, puede que haya jodido a conciencia, pero hoy sale a comprar ella su disco de Pereza.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Aunque la llamen Puta

Pasaron meses desde esa pregunta, todo un verano con su calor y sin helados.

Ella no estaba segura de querer hacerlo, no estaba segura de querer una respuesta, pero se la devolvió. Y, obviamente, no recibió lo que esperaba, y mira que el Señor Cabeza de Rosa se lo advirtió.
Se lo temía, el Señor Cabeza de Rosa sabía que le tocaría aguantar un par de voces tras la preguntita de las narices, pero.. ¿qué le iba a hacer? Estaba ahí, siempre estaba ahí.

-¿Amantes? ¿¡Amantes?!
- Sí, amantes, eso dice, y tú lo repites. Amantes, amantes, amantes. Y así una y otra vez...
- Pero los amantes se aman!! y follan, los amantes follan!!!
- Bueno, y tú te lo has tirado, no?
- ¡Pero eso no cuenta! Amantes, hay que joderse!! Yo no le amo! ¿Qué se cree este?

Y pasó el verano.
Y estaba segura de que el oso, apoyado, vió pasar a cientos de personas: amigos, hermanos, novios, matrimonios, nueros, yernos, nietos y abuelos, royos, follamigos, exparejas, colegas, compañeros...
Pero no vió Amantes, y el Señor Cabeza de Rosa Seca sabía perfectamente que ella quería dejarse ver, aunque estuviera prohibido, aunque la llamaran PUTA.

martes, 28 de julio de 2009

Buscando

El Señor Cabeza de Rosa lleva una larga temporada viéndola buscar algo, no sabe muy bien el qué, ni tan siquiera ella lo sabe. El problema de no saber muy bien qué buscas, es que puedes encontrar cualquier cosa.

Hace unos días la vió buscar lejos, pero su búsqueda era segura: 50 minutos, dos trasbordos y un euro después encontró la sonrisa en forma de palmeras de chocolate y orgasmos que hace tiempo no quiso.

Se sorprendió montándose de nuevo en el coche cuyo asento trasero conocía tan bien, se sorprendió yendo de compras con él, se soprendió aconsejándole sobre la camisa de cuadros, se sorprendió metiéndose con su bocaza otra vez, se sorprendió cenando con él...
Lo que no la sorprendió en absoluto fue encontrarse al final de la noche en el asiento de atrás.

Y es que buscaba sus manos que tan bien conocían su cuerpo, buscaba su mirada deseándola, buscaba sus dientes cerca de su ombligo.
Lo que ella desconcía es que realmente estaba buscando la estabilidad de sus mordiscos.
Y obviamente, al Señor Cabeza de Rosa, eso no le sorprendió en absoluto.



- ¿De verdad me tengo que creer que no conocías estos baños?
- Acabas de cumplir una de mis fantasías. - le aseguró él.

Y el Señor Cabeza de Rosa estaba seguro de que en ese momento ella miró hacia otro lado, para que él no viera la sonrisa que acababa de dibujar en su cara.

domingo, 12 de julio de 2009

La mierda

El Señor Cabeza de Rosa la vió fruncir el ceño, la escuchó maldecirle una vez más y movió un poco sus pétalos para entrever la conversación.
-"¿Una pregunta? Buah, conociéndole seguro que es si soy de Fanta Naranja o Limón. Siempre es así de sencillo, no sé por qué me molesto en pensar algo más."
- Ya... - Pensaba el Señor Cabeza de Rosa-.
- ¡¿ Una pregunta?! ¿¡Y por qué narices no la puede hacer ahora?! Olvidate, es eso, es la Fanta.
- Menuda noche me espera -susurró el Señor Cabeza de Rosa a sus espinas-.

Y tenía razón, como siempre: esa noche no durmió. Y al día siguiente les esperó, a él y a la fanta o la mierda de pregunta que fuera. Y ninguno de los dos llegaron. "No me estraña, ya le conozco". Pero sí, si que se extrañaba, y se cabreaba y se ponía furiosa, más con ella misma que con él. Él... al fin y al cabo, era así. Y ya le conocía.


Pero de repente llegó. No él, él parece que nunca llega, pero sí la dichosa pregunta. Y nada tenía que ver con la fanta.

- "¿Qué soy yo para ti?" ¿Que qué eres para mí? ¿¡ Qué eres para mí?! Y yo qué cojones sé que eres para mí!!! Ya me gustaría saberlo!!! Un capullo, la mierda, un estúpido!!! El capullo que me metió en lios a la primera semana! Eso eres!!! ¡ESO!
- Sabes que no es eso.... - se atrevió a comentar Cabeza de Rosa Seca.
- ¿Y tú qué cojones sabes? No eres más que unos pétalos secos en un cuerpo suspendido, tus espinas ni siquiera arañan.
- No claro.. nunca araño... - ¿para qué discutir?


Pero lo sabe, el Señor Cabeza de Rosa lo sabe todo.
Sabe que él no es la mierda, puede que sea un estúpido, pero no es la mierda.
Y también sabe, que aún jodiéndole esa pregunta, más le habría molestado alguna sobre la Fanta; y sabe, que aún temblando con esta, peor lo habría pasado con algun del tipo "¿Qué quieres ser para mi?"

domingo, 28 de junio de 2009

Domingos asegurados

Llevaba todo el día sin parar, la vió entrar y salir al menos 6 veces.

Por último, el Señor Cabeza de Rosa la vió entrar a las 5 de la mañana con una sonrisa en la boca. Le dió un toque y escribió un sms claro, conciso: "Resumen de la noche: ME ENCANTA".

Se conocieron la misma noche en que ella decidió salir a jugar sus cartas con los labios más rojos que nunca: el bar de siempre, la gente de siempre, la barra libre para ella y su amiga. Y jugadores. Muchos jugadores.
Ella ya se conocía aunos cuantos, sabía a qué cartas les gustaba jugar, sabía que solían ir con faroles o sabía si decían la verdad. Sabía quiénes juagaban bien y quiénes necesitaban unas timbas más. Pero esa noche quería probar una pareja nueva, sentarse en una mesa diferente y, ¿quién sabe? quizá aprender de otros con más experiencia en las apuestas.
Analizó la sala, examinó las miradas, casi todas enturbiadas por el humo y el alcohol. Y se decidió: unos ojos verdes y una sonrisa encantadora que parecían decir: "tengo escalera de color".

No jugaron, sin embargo hablaron sobre torneos y estrategias, intercambiaron experiencias y el numero de teléfono. Pasaron varios días y su móvil no sonaba, hacía mucho tiempo que ella no pronunciaba las 9 cifras, casi las había olvidado. De repente se vió precupada por si había confundido alguna de ellas.
Pero no, no se había confundido, el teléfono entonó su Two timing touch and broken bones, y quedaron.

Anoche fue la 3º vez, ella había mentido a sus amigos, no solía hacerlo, de hecho, los cumpleaños eran sagrados. Pero cambió el bisbaleo de Moncloa por un par de heineken en The cat Club. Buen rock, buena cerveza, y la compañia.. cada vez mejor.

Esta vez tampoco jugaron, tantearon sus cartas y rieron, rieron mucho.


Y ahora va por el tercer capítulo. Normalemente los días como hoy caen 5.
Ella alega dolor de muelas, pero el Señor Cabeza de Rosa lo sabe, sabe que es domingo.



.I pot ser que vulgui tardes de diumenge assegurades, encara que el meu coll demani a mossegades el contrari.

martes, 16 de junio de 2009

(Solo)

El Señor Cabeza de Rosa sabía que le iba a traer problemas.
Era estúpido.
Era estúpida.
Estúpida por seguir así, estúpida por seguir siendo consciente de que le iba a traer problemas.
¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido!



Tan sólo tuvo que esperar tres semanas para que llegara el primer quebradero de cabeza en forma de ramera. Y le odió. Y se odió. Se odió porque lo sabía. Sin embargo no pudo odiar la situación mucho tiempo: se dió cuenta de que durante esas tres semanas no se le había borrado una sonrisa de la cara. La sonrisa era estúpida, por supuesto, como él, como ella. Como toda la situación.



Tras el primero vinieron más, no muchos, pero sí unos cuantos. Y mira que se lo advirtieron, sobre todo el Señor Cabeza de Rosa...pero no, ella nunca se fiaba de las adverencias, siempre quiso probar y comprobar. Ya se sabe, escuchó tantas veces el típico "nos caemos para aprender a levantarnos" que casi lo convirtió en su lema. Y ese ea en parte el problema: nunca se había caido, nunca tuvo ni una fractura, ni un leve esguince. Nunca tuvo nada que no se pudiera curar con una tirita y un curasana.


Y lo sabía.

Y la muy estúpida siguió.

Y la muy estúpida sigue preguntándose si es un oso o una osa.





Y el Señor Cabeza de Rosa lo sabe, siempre sabe lo que pasa, sabe que es la primera vez que le jode que la llamara (solo) para follar.



domingo, 7 de junio de 2009

Entre sus piernas.

El Señor Cabeza de Rosa observó cómo entraba en la habitación sobre las 7 de la tarde para empezar a prepararse, como el más salvaje de los animales comienza su ritual de apareamiento.
Habían quedado a las 10.
La vio con la sonrisa en la boca, como si fuera la primera vez que quedaban. De hecho, era la primera vez en 5 meses que lo hacían.

Muchas veces la escuchó referirse a él, muchas veces de mil maneras. Y es que nunca había sabido como nombrarle. Generalmente era su "ex", pero en su cabeza la palabra completa era exfollamigo. Eso era. Exfollamigo.
Habían intentado ser algo más y comenzaron con los formalismos de pareja: cine, cenas, presentación de amigos, de familia, llamadas diarias, regalos puntuales...
Pero nunca hicieron el amor. Solo follaban. Se follaron con los ojos desde el primer día. Y quizás, sólo quizás, el último se follaron con algo de ternura en la mirada. Pero solo eso, ternura. Y sólo quizás.
Nunca dijeron te quiero si la frase no terminaba con ese sucio verbo.
Y no eran frívolos. Lo sabían, sabían que la maldita palabra se quedaba grande. No tenía cabida más que en la cama, el coche, la piscina o la mesa de la cocina. Se quedaba incompleta sin los gemidos, sin los mordiscos, sin las embestidas...

El Señor Cabeza de Rosa nunca le conoció, Ella siempre le aseguraba que estaba muy lejos de su cama. Y nunca mentía en eso.
Sin embargo la conocía bien. Llevaba viéndola a través de sus espinas unos cuantos años, los suficientes para saber que el día que apareció con una palmera de chocolate, también apareció con algo más que arañazos al final de su espalda.
Pero eso Ella no lo sabe.
O no lo quiere saber.


- ¿Venías para esto?
- Sí y no.
- ¿Cómo?
- Quería verte, pero sabía que ocurriría.
Te echaba de menos (entre mis piernas)

jueves, 4 de junio de 2009

Zona Rasrillai

El Señor Cabeza de Rosa lleva 125 minutos escuchándola hablar de amor y sexo. Bueno, para ser extactos, el Señor Cabeza lleva 124 minutos escuchándola hablar sobre sexo y 1 minuto sobre amor.
A ella le gusta hablar de todo. De todo menos de lo que desconoce, "eso es de idiotas", alega. Y realmente no son pocos los temas que se le escapan, pero el amor no es uno de ellos. Simplemente... no habla de amor. No con él al menos.
Es, como diría una loca, "Acotado de caza", "Campo acotado", "Vedado de caza", ... "Zona Rastrillai".

Y el Señor Cabeza de Rosa, desde su posición elevada y seca, cada noche la mira, y esta noche la considera frívola por igualar al sexo con una partida de póker. Sin embargo, no puede evitar imaginársela semidesnuda y con la respiración acelerada sobra una mesa de la cafetería de la facultad como si supiera que esa partida la iba a ganar, ya fuera con una pareja o con una escalera de color. Y es que de eso se trata, es lo que ella intenta explicarle una y otra vez: es igual las cartas que tengas, sólo... juégalas. Mete un farol, o vé con la verdad por delante. Pero juega, apuesta. Gana o pierde, es igual. Diviértete.
Es lo bueno del sexo, lo único que le diferencia del póker es el número de perdedores.

El señor Cabeza de Rosa lo sabe: esta noche se pintará los labios y saldrá a apostar.
Con su mejor cara de póker.