viernes, 26 de febrero de 2010

Si no queda otra...

Yo quiero que lo sepas, y si no hay más opción (porque no hay huevos para darla),usaré el mismo medio que tú:
Creo que gran parte del problema, para mí, reside en un hecho. En un mismo hecho visto (como siempre) desde dos perspectivas totalmente diferentes.
Y el hecho es el siguiente, lo que necesito que sepas es que me hiciste llorar dos veces de felicidad.
(y estas ocasiones las tengo contadas con los dedos de una mano, la anterior fue el 10.10.07, y creo que si tú lo has logrado en dos ocasiones, tienes que saberlo)

Y estoy segura de que tú ahora solo piensas en que lloré, y yo solo pienso en que era de felicidad.
Ese es el problema: el mismo hecho, dos visiones.

Y ya está, solo me queda morderme el labio, la lenga, guardarme las ganas y la rabia; y decirte que no soy yo quien tira colillas ni quien juega con el humo; y desearte lo mejor, que cambies de actitud. No ya conmigo (que no lo espero y creo que no lo quiero) sino contigo, con la gente, con la vida. Porque sinceramente: te estás negando a ti mismo la oportunidad de ser feliz.

Y yo...De haberlo sabido, habria actuado exactamente igual, habría seguido todos y cada uno de los impulsos que en su día seguí.

A tí, de nuevo, GRACIAS por igual.
Sí, aunque resulte extraño y puede que no te lo creas: gracias.

3 comentarios:

  1. yo también un día le di las gracias a alguien, y el se creyó que lloraba, y no se lo creyó.
    pero era una felicidad un tanto rara. de necesitar desahogar mucho, y de decir se ha acabado por fin.

    me ha encantado.
    muchisimo.

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  2. Cuando se llora de felicidad son unas lágrimas extrañas...yo diría q hasta tienen otro color..
    un abrazo

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